jueves, 19 de mayo de 2011

Treinta minutos.

Prefiero mil veces volver que quedarme, pero si estoy aquí, escribiendo, es porque prefiero el ayer que el mañana o el pasado mañana. Quisiera estar viviendo cerca del mar Jónico, pero no queda otra que levantar la cabeza y seguir aguantando, porque tan sólo tengo treinta minutos y una canción para oír durante ellos. Ahora quedan veintinueve. 

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