domingo, 16 de septiembre de 2012

Pues resulta que yo soy de esas que recuerda cada uno de los días que ha vivido. Si me dices un acontecimiento que merezca la pena, puedo decirte el día, el mes, el año, e incluso, la hora a la que todo sucedió. También quienes estaban, y como de costumbre quienes no. Puedo memorizar hasta el más mínimo detalle de la persona que tenía enfrente. Maldita manía mía de recordar y maldita la hora en la que aprendí a no preguntar.

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