lunes, 26 de noviembre de 2012

Así que si supierais al menos lo verás que puede llegar a ser no sentir absolutamente nada por nada ni nadie y que la indiferencia indiscriminada sea lo más remotamente cercano a lo que jamás llegaste imaginar por una determinada persona o cosa, entonces me comprenderéis. Y es que no hay nada peor que vivir engañado y no hay nada mejor que saber que te están engañando y jugar todas tus cartas. Y como yo soy una rubia pérfida vívora y pécora, sé lo que debo hacer. Y así me va, y mira tu qué bien.

PD: Esta sensación de escribir cuándo te cabrean y te tocan lo que no deben tocarte, no la cambio por absolutamente nada.

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