Vuelve a ser 3 de marzo y aunque las cosas ya no son lo que eran, siguen siendo tal y como fueron. No sé si me he explicado bien y se ha entendido, pero en tal caso y a modo de resumen, solamente tengo que decir que nada es lo que parece ser y que sin esfuerzo lo que se pretende siempre es imposible ¡Ah! y que odio los 3 de marzo a muerte.
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