NIVEL

¿Vale la pena tantos y tantos moratones en las piernas sólo por segundos de compañía?. Preguna difícil de contestar y respuesta inconformista. ¿Arrepentimiento quizás?. Mucho. Demasiado. Demasiadas tonterías y muy poco de orgullo de lo ya cometido. Escalofrios en el momento de pensarlo. Angustia. Ahora sigo sin saber y sin conocer al igual que pasó hace ya año y medio, pero aún así me gusta estar concentrada en lo que pasará. Demasida incertidumbre también. Es incierto como todo lo que ocurre. Es incierto todos lo de mi alrededor. Sólo yo creo que estoy haciendo lo correcto. Estoy segura de ello. La incertidumbre se ha apoderado de mí y yo no soy capaz de controlarla. Antes no era capaz de controlar nada, ni a mi misma, ni siquiera lo que hacía. Ahora no lo sé. Sigue habiendo incertidumbre en todos los momentos que paso en compañía llenándome de moratones, pero me gusta que ahora esta incertidumbre que me invade esté siempre acompañada de lo que de verdad me hace estar concentrada en lo que llevo años queriendo hacer. Sin embargo, por habérmelo hecho pensar, cada vez que recuerdo lo que hacía, deseo ser una pequeña niña autista y te culpo directamente a tí por haberme hecho recapacitar. Sigue haciéndolo porque los moratones le sientan bien a mis piernitas de niña pequeña. Lucen bonitos. Creía que no tenía porque arrepentirme ni excusarme de lo que hice. La gente muy loca dice que de los errores uno puede aprender y recapacitar. Se utiliza esa excusa para justificarme. Sabía que no era así y seguía justificándolo. Orgullo. Todo lo anterior ahora da igual. Ahora y después de largos meses de parques y moratones, y dicusiones de fútbol, y de insultos divertidos, y de entradas tontas, y de adoración suprema, y de mensajes sin sentido alguno; me arrepiento de todo lo cometido y más me arrepiento de que yo te de vergüenza. Me avergüenzo de que te avergüenze. Y eso es lo que peor llevo de todo, que te doy vergüenza. Esto directamente va dedicado a tí, que lo acabas de terminar de leer.