sábado, 12 de marzo de 2011



Ya cansa.

Aprendí que las malas compañías no son tan malas y que se puede crecer al revés de los adultos; y supe, al fin, a qué saben los aplausos y los besos y el alcohol y la resaca y el humo y la ceniza; y lo que queda después de los aplausos y los besos y el alcohol y la resaca y el humo y la ceniza.

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