viernes, 4 de marzo de 2011

Idea ridícula. He decidido algo: comercializar con cosas realmente fétidas. Enseguida se convertirían en éxito en un mercado masivo que realmente apestaHay millones de personas condenadas a una sentencia más tediosa que la mía, y hay millones que se rebelan en silencio contra su suerte. Nadie sabe cuántas rebeliones, además de políticas, se fermentan entre las masas de seres que pueblan la tierra. Sin embargo, cada 7 segundos en este mundo alguien muere sin poder hacer nada por evitarlo. No es que no se quiera hacerlo, es que no hay ganas de ponerse a ello, de molestarse en hacer algo, de cegarse como si no pasase nada ni, mucho menos, de ser nobles. Y aún hoy en día que a mí solo me juzgue Dios, que nadie tiene abogacía para hacerlo con llantos ni con piedad. Que aquel que sepa contar esos 7 siete segundos será el adivino, el de la virtud, el que no es necio. No se nos pasa por la mente calcular que quedó dentro de cada acto que hicimos, y continuamos como si todo siguiese igual, ignorando, implorando, mintiéndonos para poder conseguir tener la mente fría y la conciencia tranquila. En cambio, si nos atacan nos defendemos pensando en necesidades y aumentar nuestro ego y no nuestro orgullo. Mi intención ha sido siempre actuar  mejor, así que no te confundas que todos somos todo lo contrario de lo que decíamos. Y yo creí que estaba a tiempo, que me quedaba algo por dentro, sí pero no. Ya acabó el enganche Mr. Warhol.   

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