viernes, 11 de marzo de 2011

En la vida llega un momento en el que te conviertes en adulto. Tienes edad para votar, para beber y para hacer otras cosas de adultos. De pronto esperan que seas responsable. “Sé adulto”. Crecemos. Nos hacemos mayores. ¿Pero alguna vez somos adultos del todo? En ciertos aspectos crecemos: creamos una familia, nos casamos, nos divorciamos. Otros nunca crecen, nunca dan la cara. Prefieren no hablar, no enfrentarse a la verdad, a lo que duele, en definitiva... prefieren no enfrentarse a la vida. Sin embargo, el resto de seres humanos en general seguimos con los mismos problemas que cuando teníamos 15 años. Por mucho que crezcamos y nos hagamos mayores, seguimos tropezando. Siempre dudando. Eternamente jóvenes… 

Pa' tu culo.

1 comentario: