martes, 29 de noviembre de 2011

hollywoodland

Tal vez existiera una época en Hollywood en la que los directores con personalidad reconocible no sólo eran la estrella, sino que también poseían absoluta autonomía creativa, en la que una vez que el proyecto había recibido luz verde los productores no trataban de imponer sus criterios en cada secuencia. 
Así es como funcionaba todo: como en Hollywood. Sin embargo, de repente siento que me cambian todo de lugar, que toso y que al hacerlo percibo que ya han pasado de las dos de la madrugada. 

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