domingo, 6 de noviembre de 2011

Sé que no lo quiero y que menos lo necesito, pero lo ansío. Es triste y cierto, y maldades y despojos de lo sucedido. No hay dos iguales, pero es mejor todo diferente. Y más bonito que te va a sonar, y más asco que te va a dar. Repudiarás todo aquello que te hace ser diferente, o mejor dicho, lo que no te hace ser igual. ¿Cualesquiera que sean las razones? Ni siquiera creo que esas razones existan. Excusarse en lo que se ha permitido bajo el control y el poder distinto al de uno mismo, no tiene justificación alguna más que hacerlo por vivir siempre asustado. Es imposible intentar sobrevivir siempre ajeno a los demás. Dicen que intentar huir sin dar señales nunca será posible a no ser que uno se mueva y, por experiencia propia de mi año en Almansa nº11, eso no ocurre nunca. Confirmo (y que venga un ser superior a discutirme sobre este asunto porque solo a él le permitiré hacerlo) que intentarás mentir todo lo posible para que nadie sepa la verdad. Absolutamente nadie. No levantarse de la cama y sentir como si estuvieras estudiando en la Escuela de Actores será tu nuevo oficio. Te sentirás bien cuando los demás no lo estén y por hipocresía pura y dura (y por no llevarte una buena hostia también) no lo dirás. Intentarás callarte, pero tampoco sabrás. No querrás ni acordarte de tu nombre y apellidos. Yo perdí dinero y llaves por ese motivo, y lo más triste es que quiero más idiotez humana y no tan humana. Fin. Un besito grandísimos hijos de puta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario