domingo, 21 de agosto de 2011

Buenas noches a todos.

Ha habido otra veces en las que he escrito aquí, y siempre aquí, a esta hora de la madrugada porque cierta cosa me quitaba el sueño y hacía que me desvelase e interrumpiese mi paz nocturna. Hoy escribo a estas horas porque ni siquiera me he acostado. Cuando me refiero a acostarme no lo hago en el sentido de con quién lo he hecho o no (ojalá no tuviera a esta estúpida almohada ocupando el lugar que le corresponde a otro), sino en el aspecto de que ya ni los osos hormigueros, ni el vodka, ni las ansias que tenía de cerrar los ojos y esperar que todo cambiase, consiguen que pueda hacerlo. Ha pasado ya más de las cinco de la madrugada, y yo sigo aquí, escribiendo, no sé ni como, ni con qué fuerzas, ni con qué motivo. Normalmente suele ser por un enfado, unas ganas inmensas de llorar, por tristeza o por inspiración divina; hoy lo hago pero por ninguna de esas cuatro cosas. No tengo motivo alguno para enfadarme, puede que tampoco lo tenga para llorar y convencida estoy que la inspiración no se adueña de mí desde hace mucho tiempo atrás. Es misterioso. El porqué de que esté escribiendo así porque sí a estas largas horas lo desconozco, pero hacía mucho tiempo ya que mis dedos no se movían y tecleaban letras sin apenas tener que pensar. Si me llegan a decir a mí que un veintiuno de agosto volvería a ser la que fui, pues no me lo creo. Bueno, para ser sensatos a día de hoy no creo a nada ni a nadie, ni tan siquiera a ese pequeño ser que se llama "cerebro de Andrea". Ese si que es un auténtico embustero, es simpático en verdad, pero mentiroso como él solo. Reconozco que puede que mis deditos de futura cirujana plástica escriban solos sin tan siquiera pasar la información antes por mi cerebro ahogado en ron, porque confesé que significa el término "La Vida" para gentemuyloca. Muchos piensan que no es más que el título de una canción, la canción que suena cada vez que escribes readmybones en la barra de Google e intentas buscar este sitio plagado de tonterías tontas, pero sólo una persona más, a parte de la dueña del "cerebro de Andrea", sabe qué significa de verdad "La vida." Gente sensata, que la llaman. 

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