viernes, 12 de agosto de 2011

Muebles.

Me volveré de hierro para endurecer la piel. Sé que el acero es más resistente, que el titanio de mis piercings puede serlo aún más, pero aún así, yo quiero ser de hierro. Es sorprendente como la cobardía hace que nos volvamos de papel, pero que le vamos ha hacer si ya sabemos que las palabritas se las lleva el viento. Pues entonces puede que me vuelva de hierro solamente esperando que se las lleve y que nunca más las devuelva. El viento puede entonces llevarse esas palabritas en un barco de papel. Posiblemente sea atípico que con diecinueve años mi cabeza tenga más muebles que muchas otras de treinta y tantos, que tenga claras mis ideas, mis convicciones, mis amores, mis placeres. Puede que esos muebles sean de Ikea, que no duren, no sean resistentes y sean muy baratos, pero ahí están, ocupando un lugar.

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