miércoles, 24 de agosto de 2011

Una vida por delante.

El hombre del que yo hable no tiene agujeros en sus zapatos. Algún día volveré a escribir como antes lo hacía, pero hasta entonces, solo tengo que recordar que tengo diecinueve años y toda una por delante, medio truncada, medio vivida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario