jueves, 18 de agosto de 2011

Las noches típicas de Estrada.

Jueves en la noche y yo sola tumbada en mi sofá azul. Escucho a Norah Jones canción tras canción sin cansarme apenas. Me relaja. Tengo mi manta de terciopelo rosado cubriendo mis piernas calentadas por unos calcetines largos que me llegan por encima de mi débiles rodillas. El suéter gris perla que llevo puesto y mi taza de café de Starbucks de medio litro con café africano en su interior, hacen el resto. Acaba de acabar una de mis canciones favoritas de ella. Empieza otra no tan afable. Seguramente en breves momentos dejaré la música puesta y cogeré un buen libro que me entretenga en esta noche, quizá durante una horas, probablemente hasta las tres o cuatro de la madrugada. En pocos minutos, mientras otros muchos empezarán ha hacer bullicio de fiesta en fiesta yo estaré disfrutando de lo bueno de la vida.

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